He podido recorrer los rincones del Vaticano, sentarme con Cecilia en la mesa de piedra que está justo al frente donde vive Benedicto..
Recorrer el Vaticano de noche, ese Vaticano invisible a los ojos de la mayoría que no puede acceder, la llave de mi habitación en Santa Marta es un salvoconducto que me permite ir donde quiera, sin restricciones, por eso el Papa me alojó allí.
Me he parado frente a los muros de 9 metros del banco, he estado frente a todas las fuentes, y he llorado ante sus esculturas...
Cuando veía a la gente del otro lado de las vallas, me dio muhca congoja porque yo estoy en un lugar privilegiado, y espero ser digna del mismo....
Veo al Papa a cada rato y encima me he podido parar frente a donde residían los Borgia, la Capilla Sixtina ,etc.
Los jardines, sólo para mi. Es de locos lo que me pasa, y sigo sin entender...
También he trabajado a la mañana en la Academia Pontificia de Ciencias con su Director Marcelo Sánchez Sorondo. Eso me ha hecho feliz, porque sirvo a la causa que tanto amo....
Anoche tarde caminaba por el Vaticano y pensaba que raro es todo esto...Que loco...Abrazos enormes a todxs.
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